lunes, 27 de julio de 2020

Principal

Seguimiento al uso medicinal del dióxido de cloro 

Se cuenta que cuando el ingeniero estadounidence Jim Humble se encontraba en la selva de Guyana en una expedición minera buscando oro, algunos de sus acompañantes se enfermaron de malaria. Humble les dio a beber una mezcla de agua con clorito de sodio que llevaba para desinfectar el agua. Al poco tiempo sanaron.

Objetivo

El presente escrito se realizó con el objetivo de hacer un seguimiento de la información disponible sobre el uso del dióxido de cloro como tratamiento para el COVID19

Justificación

En el contexto político del COVID19 el uso del dióxido de cloro ha generado una gran polémica. Por una parte están  los testimonios de una gran diversidad de personas, médicos y especialistas que afirman haber observado o sido sanados con esta sustancia. Por la otra están las instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y especialistas que se oponen a su uso porque dicen puede ser dañino para la salud. Algunas instituciones públicas alertan contra su uso y lo prohíben.

Por tratarse de un virus "nuevo" lo que predomina es la confusión entre los planteamientos contradictorios de los especialistas, combinado con los intereses de las farmacéuticas y grandes empresarios como Bill Gates que han hecho de la medicina un gran negocio, nos hacen dudar de su honestidad y preguntarnos si lo que los motiva a oponerse es la potencial pérdida de grandes ganancias.

En esta confusión, quienes optan por el dióxido de cloro contraponen las afirmaciones de las instituciones con la posibilidad de salvar la vida.

En un contexto de emergencia sanitaria, ¿qué es mejor? ¿Cuáles son los argumentos en pro y contra sobre el uso del dióxido de cloro para prevenir y sanar del COVID19?

Con este documento se pretende hacer una recopilación de la información disponible para ayuder a tomar una decisión más fundamentada respecto a este tema.